Nuestro cuerpo está compuesto por millones de células, cada una de ellas en su núcleo contiene el material genético (conocido como ADN) que es la información que nos da nuestras características físicas (por ejemplo, el color de nuestros ojos o de nuestro cabello), pero que también les dice a las células como deben trabajar para que cumplan sus funciones de manera correcta. Este ADN todos los días sufre cambios, llamados mutaciones, la mayoría de ellas no causan ningún daño, pero otras pueden ocasionar alteración en la función de algunas células.
Cuando estas células que no funcionan adecuadamente no pueden ser eliminadas, estas crecen, se dividen y forman una masa de células “dañadas” que es lo que conocemos como tumor maligno o cáncer. El nombre de este tumor dependerá del órgano donde se ubique (por ejemplo, cáncer de mama, cáncer de estómago, etc.) y de las características del tejido en donde las células se encuentran (por ejemplo lóbulos del tejido mamario, entre otros).
Las mutaciones pueden ocurrir en cualquier célula de nuestro cuerpo, algunas de ellas pueden darse en las células sexuales, es decir, en el material genético del espermatozoide o el óvulo y que contienen la información genética que recibimos de nuestros padres y que podemos heredar a nuestros hijos. Dependiendo de la mutación que heredamos de nuestros padres y de nuestros hábitos de vida tendremos un riesgo o no de desarrollar diferentes enfermedades, entre ellas el cáncer.
Es importante tener en cuenta que no siempre tener una mutación implica que vamos a desarrollar cáncer de manera inminente, implica que tendremos un mayor riesgo de padecerla que una persona que no la tenga, pero este nivel de riesgo también dependerá de muchos otros factores adicionales que aún se encuentran en estudio.
Factores de riesgo son todas aquellas características biológicas o condiciones a las que nos exponemos constantemente a lo largo de la vida que aumentan la probabilidad de sufrir una enfermedad, en este caso cáncer de mama y/u ovario.
En general, los factores de riesgo pueden dividirse en factores de riesgo modificables, es decir aquellos que podemos cambiar, y los factores de riesgo no modificables, con ellos nacemos y no hay posibilidad de cambiarlos.
OJO: Tener alguno de estos factores de riesgo no implica que vayas a padecer cáncer de mama y/u ovario, significa que tu riesgo de padecerlo es mayor que el de una mujer sin estos factores de riesgo.
Un número reducido de embarazos o no haber tenido hijos aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario.
El uso de anticonceptivos hormonales, como pastillas, inyecciones, implantes en el brazo, parches, entre otros, a lo largo de la vida, puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Pero este riesgo disminuye si la mujer deja de tomarlos o aplicarlos.
En cambio se ha visto que el uso de terapia de reemplazo hormonal (terapia que se usa para tratar los síntomas de la menopausia) puede aumentar el riesgo de cáncer de mama y de ovario.
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas es un factor de riesgo importante, este riesgo incrementa si la mujer también consume cigarrillo.
Fumar aumenta el riesgo de padecer cáncer mama y ovario sobre todo si el consumo de cigarrillo comienza temprano en la vida, por ejemplo, en la adolescencia.
Estilos de vida inadecuados, con mala alimentación y sedentarismo pueden conllevar a aumento del peso corporal y el sobrepeso o la obesidad son importantes factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama y/u ovario.
Las mujeres tienen más riesgo de sufrir cáncer de mama, esto no significa que los hombres no puedan desarrollar esta enfermedad, también pueden padecerla, pero es mucho menos frecuente.
A medida que envejecemos, nuestras células también lo hacen y esto las hace más propensas a cometer errores y a sufrir más daños, por lo cual a medida que envejecemos tenemos más posibilidad de sufrir de cáncer. Sin embargo, si el cáncer de mama es hereditario la enfermedad podría aparecer a edades más tempranas.
Existen algunas mutaciones que podemos heredar de nuestros padres, tener una mutación conocida que pueda causar cáncer de mama, aumentará el riesgo de padecer esta enfermedad a lo largo de la vida.
Si tienes un familiar, sobre todo de primer y segundo grado, como padres, hermanos o abuelos, que hayan sufrido cáncer de mama a edades tempranas y/u ovario, tu riesgo de desarrollar alguna de estas enfermedades se verá incrementado.
Una mujer que haya tenido su periodo a edad temprana, sobre todo antes de los 13 años y una menopausia tardía, después de los 55 años, tendrá mas riesgo de desarrollar cáncer de mama
Se ha establecido que las mujeres con mayor densidad mamaria tienen de 2 a 6 veces más riesgo de cáncer de mama comparado con aquellas de una densidad menor.
Entonces, aunque pueda parecer que todos los cánceres son iguales en todas las personas, esto no es cierto, pues es una enfermedad en la que influyen muchos factores, tanto de nuestros estilos de vida, como de nuestro entorno, e incluso heredados de nuestros padres.
El cáncer y la genética son temas que están muy relacionados, por eso en el siguiente video podrás encontrar información sobre genética que te ayudará a entender más sobre su relación con el cáncer.